Los cubiertos son un elemento esencial, vistoso e imprescindible en toda cocina y de vital importancia en un establecimiento de cara al público y es preciso saber cómo cuidarlos para un correcto uso y una óptima higiene
Aquí mostramos cinco sencillos pasos:
Después de usar los cubiertos, ponerlos a remojo en agua caliente y lavarlos con jabón y agua templada. Tras ello, secarlos de uno en uno con un paño de algodón.
Para que queden brillantes y relucientes, se pueden mezclar dos partes de alcohol medicinal y una de agua, y aplicarlo sobre los cubiertos, uno a uno, con un paño de algodón. Con esto eliminaremos las marcas de agua o el desgaste visible con el paso del tiempo.
Si los cubiertos están muy desgastados y tienen manchas de óxido, antes de limpiarlos con alcohol es recomendable pasar por cada uno un paño suave con aceite de cocina y tras ello lavarlos con agua caliente. Finalmente, secarlos y repasarlos con alcohol.
Para evitar el roce de los cubiertos entre sí, es preciso unir cada uno por parejas (cucharas con cucharas, tenedores con tenedores…) y ajustarlos con una goma elástica.
Si el sitio donde se guardan los cubiertos tiene humedad, hay que meterlos en una bolsa de plástico junto con un puñado de granos de arroz.
De esta forma, con estos consejos optimizaremos considerablemente la calidad de los cubiertos de cara a su uso y vida útil